lunes, 31 de enero de 2011

Dmitri Korchak, un tenor con futuro


Todos los comentarios que he leído acerca del Eugene Oneguin del Palau de les Arts coinciden en recalcar la excelente labor del joven tenor ruso Dmitri Korchak como Lenski. Ciertamente, en un reparto en el que nadie más destaca para bien ni para mal, Korchak es el único que consigue traspasar la barrera que separa la interpretación mecánica de la partitura del auténtico arte que transmite sentimientos, y lo hace mediante el uso de reguladores y el juego de dinámicas, con unos bellos pianísimos en la segunda estrofa de su aria Kuda, kuda que causan la admiración del público en cada función.

La primera vez que escuche a Dmitri Korchak no fue en directo, sino en un DVD editado en el año 2007, una grabación de una ópera que permanecía sin estrenar pero que es muy recomendable: Il dissoluto punito, ossia Don Giovanni Tenorio, de Ramón Carnicer. Si compré el DVD fue por la curiosidad que me producía escuchar este título, no por el reparto, ya que apenas conocía uno o dos nombres (exceptuando al director, el gran Alberto Zedda) y tampoco me decían gran cosa, pero lo cierto es que quedé muy contento con el resultado y especialmente con el rendimiento de Korchak, que interpreta a Don Giovanni. Vamos a verlo luciendo músculos en un aria de dicha grabación.


Vídeo de hotazzoperastud

Por lo que he podido saber, Korchak lleva cantando desde al menos el año 2002, cuando graba su primer DVD, precisamente un Eugene Oneguin, con la compañía del teatro Novaya Opera de Moscú. Su lanzamiento internacional, sin embargo, llega en el año 2004 cuando gana el concurso Francisco Viñas y obtiene dos premios en Operalia.

Tras verle como Don Giovanni, volví a encontrarme con Korchak, esta vez en directo, cuando su nombre apareció en el cartel de L'Arbore di Diana de Martín y Soler, ópera con la se estrenó en el año 2008 la sala del Palau de les Arts que lleva el nombre del compositor valenciano. Korchak estuvo muy bien, destacando por encima del resto de papeles masculinos, aunque en esta ópera son las mujeres las que de verdad se llevan el gato al agua. Escuchémosle en una de estas funciones valencianas.


Vídeo de cygankvao

Hasta ahora, su carrera se ha basado sobre todo en el belcanto de Rossini, Bellini y Donizetti y en Mozart, aunque la aparición de papeles como Werther de Massenet o Alfredo de La Traviata de Verdi, así como la reciente escucha de su Lenski y la constatación del ensanchamiento que está experimentando su voz, hace presagiar que en el futuro se irá acercando a papeles cada vez más propios de un tenor lírico y menos de un ligero. Según su página web, en la actualidad tiene estos papeles en repertorio (sin contar misas, oratorios y demás):

Bellini V. – La Sonnambula (Elvino)
Bellini V. – I Puritani (Arturo)
Bizet G. – Les Pecheurs de perles (Nadir)
Carnicer R. – Il Dissoluto punito (Don Giovanni)
Donizetti G. – L’Elisir d’amore (Nemorino)
Donizetti G. – Don Pasqualle (Ernesto)
Donizetti G. – Dom Sebastien (Dom Sebastien)
Donizetti G. – La fille du regiment (Tonio)
Donizetti G. – La Favorita (Fernando)
Ibert J. – Persee et Andromede (Persee)
Jomelli N. – Demofoonte (Demofoonte)
Lehar F. – Die Luestige Witwe (Camille de Rossilion)
Martin y Soler V. – L’arbore di Diana (Endimeone)
Massenet J. – Werther (Werther)
Mozart W.-A. – Die Entführung aus dem Seral (Belmonte)
Mozart W.-A. – Cosi fan tutte (Ferrando)
Mozart W.-A. – Die Zauberflöte (Tamino)
Mozart W.-A. – Don Giovanni (Don Ottavio)
Musorgski M. – Boris Godunov (Jurodivy)
Ravel M. – L’Enfant et les sortileges (Thierry, Rainette)
Ricci F.– Corrado d’Altamura (Roggero)
Rimski-Korsakov N.A. – The Snow Maiden (Tsar Berendey)
Rimski-Korsakov N.A. – Mozart & Salieri (Mozart)
Rossini G. – La Gazza Ladra (Gianetto)
Rossini G. – L'equivoco Stravagante (Ermano)
Rossini G. – Il barbiere di Siviglia (Il Conte Almaviva)
Rossini G. – Il viaggio a Reims (Lebenshof)
Straus R. – Der Rosenkavalier (Italian tenor)
Tchaikovsky P. – Evgeny Onegin (Lensky)
Verdi G. – La Traviata (Alfred)
Verdi G. – Falstaff (Fenton)

Como buen belcantista y buen rossiniano, ha sido un asíduo al festival de Pesaro. Vamos a escucharle cantando el aria Vieni fra queste braccia de la ópera La gazza ladra en el festival del 2008.


Vídeo de cygankvao

Y ahora cantando, muy adecuadamente, el himno ruso de Il viaggio a Reims en el 2009 en la Scala de Milán, con la famosa puesta en escena de Luca Ronconi.


Vídeo de signorinaermione

Pero como no sólo de Rossini vive el hombre, terminaremos escuchándole en un concierto de hace sólo tres meses en el que cantó Ella mi fu rapita... Parmi veder le lagrime, la difícil aria del duque de Mantua en Rigoletto.


Vídeo de cygankvao

domingo, 23 de enero de 2011

Yevgueni Oneguin en Les Arts


Ayer tuvo lugar el estreno de la ópera Yevgueni Oneguin de Piotr Chaikovski en el Palau de les Arts. Debido al poco tiempo del que dispongo últimamente no había podido preocuparme en averiguar nada sobre los intérpretes, todos ellos nuevos para mí, incluyendo al nuevo director titular de la orquesta de Les Arts, Omer Meir Wellber y excluyendo al tenor Dmitri Korchak, a quien ya conocía y de quien esperaba un buen rendimiento.

Empecemos por la labor de Omer Meir Wellber al frente de la orquesta. Tras haber obtenido un éxito considerable con Aida, algo que no pude constatar pues la única función a la que asistí estuvo dirigida por Lorin Maazel, Wellber se enfrentaba a una de las obras cumbres del repertorio ruso que, según dicen, es una de sus especialidades. Lo primero que noté, corroborando lo que muchos comentaron después de su Aida, es que su gestualización es excesiva. Supongo que debido a ello la orquesta responde pasándose de rosca y perdiendo así la capacidad de matizar adecuadamente. Aún así, hay que reconocer que su dirección nunca cayó en la desidia y que el sonido de la orquesta fue tan bello como acostumbra a ser, con esas cuerdas elásticas y esos metales tan precisos. También el coro estuvo tan bien como acostumbra. En lo negativo, algunas veces a Wellber se le descuadraron las voces y la orquesta ligeramente y, sobre todo, la gran polonesa del tercer acto acabó convertida en un batiburrillo informe en la que cada sección de la orquesta parecía ir por libre. Creo que estos detalles negativos pueden ir puliéndose en las próximas funciones y que Wellber, un director prometedor, puede evolucionar a mejor a medida que vaya dominando su gestualidad y que la orquesta se vaya acostumbrando a sus peculiaridades.


En las voces, dominadas por una corrección que no va más allá de lo mínimamente admisible, destacaron los papeles masculinos por encima de los femeninos. Artur Rucinski interpretó el papel principal con un exceso de frialdad en lo actoral y un canto tirando a lo monocorde, sin embargo su voz es de calidad, bella y potente, y eso le permitió salir bien parado. Mucho mejor estuvo Dmitri Korchak como Lenski, superando mis expectativas, con un Kuda, kuda cargado de expresividad y cantado con gran elegancia, haciendo gala de una rica paleta de matices. También gustó mucho al público el Príncipe Gremin de Günther Groissböck, un bajo con una hermosa voz y unos buenos graves. El único cantante masculino que me pareció estar por debajo de lo correcto fue Emilio Sánchez, con un deficiente Triquet al que, desde luego, no ayudaba nada la excesiva ridiculización a la que le somete la puesta en escena.


En las mujeres, correctas sin más Lena Belkina como Olga, Margarita Nekrasova como Filíppievna, Helene Schneiderman como Lárina y, desgraciadamente, también Irina Mataeva como Tatiana. En los casos de las tres primeras, la brevedad de sus papeles hace que la simple corrección sea suficiente, pero el papel de Tatiana pide algo más que simplemente dar las notas y ese algo más fue lo que faltó ayer. No hizo nada mal, desde luego, no desafinó ni fue tapada por la orquesta, no se inventó notas ni evitó los momentos más comprometidos, pero su canto no me transmitió todo lo que yo espero que me transmita una Tatiana.


Y por último, la puesta en escena a cargo de Mariusz Trelinski, procedente del Teatr Wielki (Opera Narodowa) de Varsovia. En el primer acto quedó claro que su intención era la misma que en su Madama Butterfly de la pasada temporada: que la escena reflejase no tanto lugares sino estados de ánimo o sentimientos pertenecientes a la psicología de los personajes, y esto se consigue mediante repentinos cambios de color en la iluminación, juegos de sombras o la presencia de elementos escénicos recurrentes como los árboles o las manzanas que aparecen en el primer acto y vuelven a aparecer, rodando por el escenario al final de la ópera. Pues bien, lo que en Madama Butterfly funcionó a la perfección, ayer se me atragantó por diversas razones. La primera, el recurso a un personaje interpretado por un mimo que hace la función de alter ego de Oneguin y cuya presencia acaba resultando cansina e innecesaria, pues no hace sino recalcar obviedades que ya quedan bien definidas por la música de Chaikovski. Si a eso le añadimos que Trelinski, seguramente desconocedor de la cultura española, le hace caminar como a Chiquito de la Calzada, el resultado final es negativo. Otra razón del fiasco es la falta de coherencia de la propuesta, pues a un primer acto minimalista y elegante le sigue una escena de la fiesta en casa de Lárina con un recurso al feísmo (esas lámparas verdes, ese fondo morado) que llega al ridículo cuando aparece Triquet convertido en una especie de Pumuky vestido con una levita rosa y acompañado por tres querubines en tanga y una especie de bulbo gigante rosa del que sale una bailarina. Desde luego que la escena de Triquet es una horterada, pero si Chaikovski fue capaz de plasmar lo hortera del personaje sin caer en el ridículo, ¿no sería más acertado intentar hacer lo mismo? Tras esto, regresó el minimalismo en una elegante y sobria escena del duelo para depués volver a caer en lo feo y en lo exagerado en el tercer acto. La fiesta en casa del Príncipe Gremin se abre con una especie de desfile de muertos vivientes al ritmo de la polonesa, que no parece lo más indicado y desde luego no lo es. La ambientación también se las trae: suelo ajedrezado plagado de luces rojas, una gran flecha desdendente de color rojo al fondo del escenario y Tatiana convertida en una especie de femme fatale que no le pega ni al personaje ni a la pobre Irina Mataeva, que hizo lo que pudo. Y por último, algo que tampoco me gustó fue la colocación de una pasarela por delante del foso orquestal en la que tienen lugar algunas de las escenas de más tensión, como la discusión entre Lenski y Oneguin o el dúo final. Y es que más allá de lo estético que pueda resultar acercar a los intérpretes al público, los cantantes necesitan una caja escénica para que su voz se proyecte de forma adecuada por la sala y cada vez es más frecuente que los directores de escena no tengan esto en cuenta, haciéndolos cantar desde posiciones que no les favorecen.

miércoles, 19 de enero de 2011

Renata Tebaldi, una Tatiana inusual


Se acerca el estreno de Eugene Onegin en el Palau de les Arts y para prepararnos vamos a escuchar la famosa escena de la carta interpretada de forma magistral por Renata Tebaldi. No es Tebaldi una soprano que se suela identificar con el papel de Tatiana, pero lo cierto es que lo incorporó a su repertorio y lo interpretó, siempre en italiano, en unas cuantas funciones en la Scala, obteniendo un éxito merecidísimo, a juzgar por lo que se escucha en estos vídeos. Desgraciadamente, no hay grabación de estas interpretaciones scalígeras, pero sí se conserva esta escena de la carta, perteneciente a una gala celebrada en la Ópera de Chicago en 1956 en la que junto a Renata Tebaldi participaron Giulietta Simionato y Ettore Bastianini, dirigidos por Georg Solti.




Vídeos de MARISOLDELMONACO

martes, 11 de enero de 2011

Duelo de contratenores: Ombra cara


Entre las novedades discográficas del pasado año 2010 hubo dos discos que tienen bastantes cosas en común: Handel Mezzo-soprano arias, de Max Emanuel Cencic y Ombra cara, de Bejun Mehta. Ambos artistas son dos contratenores de nueva hornada, en ambos casos con una técnica admirable, y ambos discos están íntegramente dedicados a composiciones de G. F. Haendel. Por si fuera poco, los dos cuentan con el acompañamiento inmejorable de directores y agrupaciones especialistas en el repertorio: Diego Fasolis con I Barocchisti en el caso de Cencic, René Jacobs con la Freiburger Barockorchester para Mehta. Y ya puestos a sacar parecidos, ambos contratenores fueron destacados niños-sopranos, como podemos comprobar en estos vídeos en los que ambos cantan piezas de Haendel:


Vídeo de fengbo1984


Vídeo de CubbyNH

El disco de Cencic juega con la polémica desde su mismo título, pues tal y como parece indicar, el contratenor croata se ha apropiado de algunas piezas que Haendel compuso para ser cantadas por mujeres en travesti y no por castrati. Son sólo cuatro piezas de las doce que contiene el disco, pero sirvieron para darle una publicidad que no le vino nada mal y para que más de uno se rasgara las vestiduras. Dejando a un lado la anécdota, es un disco muy recomendable en el que Cencic destaca especialmente en los difíciles pasajes de agilidad, resueltos con gran pericia técnica. Podemos comprobarlo en este vídeo en el que vemos la grabación de una de las arias recogidas en el álbum, Lunga serie d'alti eroi, extraída de la cantata Parnasso in festa.


Vídeo de FILBACH

El lanzamiento de Ombra cara no ha resultado tan polémico y por tanto no ha recibido tanta publicidad, aunque el producto la merece. En su primer recital como contratenor (grabó uno como niño-soprano), Mehta se ciñe en la elección del repertorio a arias compuestas para el famoso castrato Francesco Bernardi, Senesino, aunque realmente aparecen unas pocas arias que fueron compuestas para otros castrati, como la que escucharemos seguidamente. Mehta también posee una sólida técnica que le permite enfrentarse a las partes más demandantes (atentos a la larga messa di voce en la palabra "amor" en el vídeo) pero además es un intérprete muy inteligente que sabe sacar lo mejor de cada aria, profundizando psicológicamente y haciendo gala de un registro grave del que no todos los contratenores pueden presumir. Vamos a ver un vídeo, también perteneciente a la grabación del álbum, en el que canta el aria Sento la gioia, de la ópera Amadigi di Gaula.


Vídeo de harmoniamundivideo

Y ahora, la confrontación directa: Sólo una de las arias elegidas por Cencic y Mehta para sus respectivos discos coincide. Se trata del lamento Ombra cara di mia sposa, de la ópera Radamisto. Vamos a escuchar ambas versiones y que cada cual se quede con la que prefiera.

MAX EMANUEL CENCIC:

Vídeo de ilcodega

BEJUN MEHTA:

miércoles, 5 de enero de 2011

Canciones encadenadas XV: Shakespeare


Cambiamos de año pero no de juego. Vuelven las canciones encadenadas, esta vez con el hilo conductor de William Shakespeare y su obra, especialmente Romeo y Julieta, ya que Lou Reed citaba unos versos de esta obra en la canción Legendary Hearts, con la que cerramos la última edición.

Kalamar abre la tanda de canciones shakesperianas con Romeo and Juliet, de los Dire Straits.


Vídeo de davidebruno99

Xim opta por Midnight Summer Dream, de The Stranglers.


Vídeo de nerobat

Allau elige Macbeth de John Cale, que escucharemos en una reciente interpretación en directo.


Vídeo de runwhiteyrun06

Atticus nos trae la fantástica y larguísima Stuck Inside of Mobile with the Memphis Blues Again, de Bob Dylan, pero como los señores de Sony se dedican a borrar todos los vídeos de youtube con canciones de Dylan, lo más parecido que podemos ver es el inicio de la película I'm Not There, de Todd Haynes, que la usa como banda sonora.



Alfredo opta por la voz de Plácido Domingo cantando In Pace, de Patrick Doyle, temaperteneciente a la BSO de Hamlet, el film de Kenneth Branagh.


Vídeo de ceb2633

Barbebleue se nos pone clásico y nos trae a Piero Cappuccilli cantando el monólogo de Iago, perteneciente a la ópera Otello de Verdi, dirigida en esta ocasión por Carlos Kleiber.




Vídeos de musicman19gtr

Joaquim elige Brush up your Shakespeare, del musical Kiss me Kate de Cole Porter, interpretada por Lee Wilkof y Michael Mulheren, dirigidos por Paul Gemignani.


Vídeo de SISAPIS

Como West Side Story de Leonard Bernstein es una modernización del Romeo y Julieta shakespeariano, Teresa opta por la famosa canción America.


Vídeo de krissit13

Pilar propone un tema de Ciniko, cantante de hip hop, o de rap, no sé cuál es la diferencia entre ambos estilos o si son palabras sinónimas. La canción se titula Romeo y Julieta SXXI.


Vídeo de danny117pk

Tras haber descartado un par de piezas, José Luis acaba eligiendo To Be Or Not To Be, intepretada por los Bee Gees en una época en la que eran todo tupé y dientes.


Vídeo de ZaldarEagle

Maac dice que no soporta Romeo y Julieta de Karina, pero aun así la elige. Pues bueno, pues vale, pues aquí está.


Vídeo de monre1949

Glòria nos trae a Nureyev bailando el Romeo y Julieta de Prokofiev en un vídeo de 1966.


Vídeo de ik4us

Baltolkien se incorpora al juego de las canciones encadenadas con Whatever (I had a dream last night) de Butthole Surfers, sacada de la BSO de Romeo & Juliet, de Baz Luhrmann.


Vídeo de PsychoChick1994

Sólo quedo yo y debo excusarme por volver a traer al mismo cantante que elegí en la edición anterior, Lou Reed, pero es que si pienso en Romeo y Julieta lo primero que me viene a la cabeza es Romeo Had Juliette, la canción que abre su imprescindible álbum New York, en mi opinión la última obra maestra de su carrera. Podría haber optado por Elvis Costello y el Brodsky Quartet con sus Juliet Letters, o por Nick Lowe con la pegadiza Cruel To Be Kind (una cita de Hamlet), o por Tom Waits con Romeo Was Bleeding, pero cualquiera de ellas habría sido una elección falsa, así que pondremos la sinceridad por delante de la variedad y escucharemos esta maravilla.


Vídeo de vivemaker.

Y dado que esta canción pertenece al álbum New York, para la sighuiente edición vamos a buscar canciones relacionadas con esta ciudad. Espero vuestras propuestas.